Te invito a unirte a la Comunidad en CAlma, un espacio donde compartir consejos, reflexiones, trucos para llevar una vida más consciente, plena y serena. Recibirás en tu correo los artículos de mi blog, así como información sobre servicios o programas nuevos e invitaciones a charlas y formaciones.
Al suscribirte, podrás descargarte de forma totalmente gratuita la Guía para mujeres trabajadoras estresadas con ganas de CAlma “Conoce tu día a día”, que forma parte de mi programa Vivir con CAlma exterior.
No esperes más para compartir tus experiencias con otras mujeres con ganas de CAlma. Te animo a unirte a esta gran Comunidad en CAlma suscribiéndote a mi boletín
Al enviar el formulario, aceptas el aviso legal y la política de privacidad.
www.coachingconalma.es te informa de que los datos de carácter personal que me proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Patricia Palomar Recio como propietaria de esta web y responsable del tratamiento de los datos.
Finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales: gestionar el alta a esta suscripción y remitir boletines periódicos con artículos del blog www.coachingconalma.es/blog, así como información y oferta prospectiva de productos o servicios propios, sean éstos gratuitos o de pago.
Legitimación: Consentimiento del interesado.
Destinatarios: Mailpoet. Ver política de privacidad de Mailpoet (https://www.mailpoet.com/terms-and-conditions/) y Arsys Internet S.L.U. Ver política de privacidad de Arsys (https://www.arsys.es/legal/politica-proteccion-datos)
Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en calma@coachingconalma.es así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.
Información adicional: Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos en mi página web www.coachingconalma.es así como consultar mi política de privacidad.
Sigue los pasos y en breve recibirás la guía gratuita
Busca el email de confirmación en tu bandeja de correo electrónico
Haz click en el link de confirmación que aparece en el email
Recibirás otro correo con un link para descargarte la guía gratuita
En varios artículos anteriores he hablado de algunas de las causas del estrés, entre las que destaco el no vivir alineada con tus valores, como te explicaba en “La principal fuente de estrés que quizá desconoces”. Si has hecho el ejercicio de identificar tus valores principales y ponerlos en orden de prioridad, probablemente la sensación haya sido “No sé por dónde empezar”, “En mi vida todo es importante”. Realmente lo que subyace a esta sensación es la falta de claridad respecto a tus prioridades: todos metemos en un gran saco miles y miles de cosas que hacer, miles y miles de actividades que (creemos) son importantes, y normalmente, como están revueltas en este gran saco, las ponemos al mismo nivel.
En el post de hoy abordo esta cuestión aplicada a otras situaciones más concretas. La causa raíz de esa fuente de estrés es la falta de claridad debido a la acumulación de tareas, cosas, ideas, etc. Vamos a ver cómo aprender a simplificar tu vida haciéndola más sencilla, lo que no implica que tenga que ser una vida simple. Esto no es nada nuevo. Desde hace tiempo muchas personas promueven una vida más minimalista, más sencilla y pausada. Es un movimiento que surge principalmente en las sociedades occidentales “hiperdesarrolladas”, como yo suelo llamarlas, donde durante un tiempo se sufrió la escasez y como efecto rebote empezamos a consumir y consumir sin límite. Éste fue el caso de España pero si me lees desde otro país de habla hispana, probablemente hayáis pasado por lo mismo, aunque en épocas distintos. El resultado en cualquier caso es que hoy en día tenemos mucho de todo: mucha ropa, muchas herramientas digitales (teléfonos inteligentes, ordenadores, tabletas, etc), muchos documentos, muchos amigos, muchas actividades, mucho trabajo o varios trabajos, etc. Es decir, nuestro saco está a rebosar por lo que nos cuesta mucho más poner orden y nos sentimos sobrepasadas, desbordadas. Es esta sensación de “no puedo con todo” lo que provoca estrés.
La acumulación de objetos, herramientas, documentos, etc, en algunas ocasiones atiende al miedo a no tener y no podrer cubrir una de las necesidades del ser humano, la seguridad, o en el caso de acumular documentos, libros, cursos, etc, al miedo a no saber, relacionado con la necesidad de reconocimiento. En la época actual del consumismo, en la que comprar un producto es tan fácil como hacer click en una página web, los motivos para adquirir objetos, servicios, cursos, etc empiezan a vincularse a la sensación de satisfacción inmediata y logro que nos proporciona conseguir algo. Esta satisfacción se debe a la dopamina, un neurotransmisor que registra la sensación de recompensa y nos hace sentir placer. De hecho, el neuromarketing se basa en este principio: anticiparte la recompensa para incitarte a comprar de forma más compulsiva. Es decir, la mayoría de las compras las realizamos de forma inconsciente, y después intentamos justificarlas en el consciente. En el caso de los objetos, herramientas, cursos o documentos para tu trabajo, esta decisión puede parecer incluso más justificable, ya que en principio los adquieres (y acumulas) para una causa muy loable, como es el trabajo.
Por ello, me gustaría ayudarte, si quieres, a ir poniendo orden, para poder simplificar tu vida pero sin perder el confeti que tan importante es, como te comentaba en el artículo anterior.
La idea es cribar, seleccionar aquello que realmente es importante para ti y que no tienes en tu vida por inercia o por convencionalismos sociales, pero sin perder el confeti y la purpurina de la vida. Y te cuento por qué, ya que precisamente eso es lo que me ha pasado a mí al intentar simplificar mi vida y me gustaría compartirlo contigo por si te ayuda. Desde que volví de India y me di de bruces con la realidad occidental de nuevo, he estado intentando llevar un estilo de vida más simple, que no acarree tanto ajetreo y me reste energía. Básicamente, para mi la premisa ha sido querer enfocarme en aquello que realmente es importante para mí, porque donde pones la atención es donde va tu energía, y esta es una de las claves principales de la productividad personal consciente. Por ello, después de un periodo de adaptación en el que volví a deleitarme con todos los placeres de la vida occidental, empecé a diseñar una vida más sencilla en medio de esta vorágine. Para ello, dejé de hacer ciertas actividades (las personas que me conocen desde hace tiempo saben que yo era capaz de estar implicada en mil proyectos a la vez, tener vida social, estar a puntada a varias actividades “extraescolares” –como me gusta seguir llamándolas– y estar presente en la vida de mi familia y amigos. Por tanto, te puedes imaginar el gran cambio que iba a dar y las resistencias que eso crea en el entorno que ya tiene una imagen de ti “y no le apetece cambiarla”). Digamos que me puse a arrancar malas hierbas, a podar árboles, arbustos y demás y acabé dejando el jardín ¡como un desierto! Esto es muy propio de mí, pasar de un extremo a otro, pero la virtud está en el medio. Cribar o eliminar ciertas cosas de tu vida es una buenísima estrategia siempre y cuando sean las que realmente hacen ruido, las que no te dejan avanzar, las que te suponen una carga porque te llevan a implicarte en más tareas. Es quitar malas hierbas, pero teniendo cuidado con las flores, los arbustos, los árboles que dan fruto, que alegran tu jardín, que le ponen color a tu día a día. En mi caso, dejé o me plantee dejar de hacer cosas que me apasionan (estudiar lengua de signos, jugar al baloncesto, ir al teatro, etc) y eso me llevó a sentir que mis días, si bien más sencillos y organizados, eran grises y simples, planos, sin confeti. No quites nunca de tu vida aquello que te arranca una sonrisa, que nutre tu alma, en definitiva, el confeti de tu vida.
Simplificar tu vida una estrategia realmente efectiva para la productividad personal y algo para lo que no precisas de materiales o preparación previa, lo que no quiere decir que sea fácil. Si decides realizar el ejercicio de deshacerte de un 20% de las cosas que tienes y que llevas más de 3 meses sin utilizar, verás que hay una fuerza superior a ti que te lo impide: se llama apego y es difícil luchar contra ello. Por ello, en lugar de luchar, acéptalo: acepta que estás apegada a cosas materiales, acepta que tienes dependencias emocionales, etc. Desde la aceptación, desde el reconocimiento del fango el loto puede florecer :)
Has hablado mucho pero no has dicho casi nada.